El antihumanismo antropológico
de Claude Lèvi-Strauss
Por Cintia
Rojo
En el presente artículo se analizan críticamente algunos
postulados de la teoría estructuralista de Claude LéviStrauss,
en contraste con el materialismo dialéctico. Se desarrollan temas
tales como el surgimiento de la cultura en vinculación con la historia,
el lenguaje y la psiquis humana. También se estudian los conceptos
de estructura y praxis social.
INTRODUCCION
El estructuralismo fue uno de los oponentes ideológicos que más
fuertemente debatió con la "tradición" marxista
leninista, durante las décadas del 60 7 ra el estructuralismo
de Claude LéviStrauss, ya que se lo propone como un aporte
superador de la antropología marxista.Pero la propuesta es discutible,
ya que cabe evaluar hasta qué punto esta "superación"
representa un crecimiento para el marxismo o lo retrotrae a conceptos
pre-marxistas y a discursos ya superados.
Pensamos que es en los períodos tormentosos, cuando más atentos
debemos estar a la hora de valorar cambios y aportes, pues nos encontramos
ante dos riesgos: caer en las viejas fórmulas de descalificación
stalinistas o incorporar como marxistas discursos que tergiversan
sus bases, quitándole en ambos casos su fuerza revolucionaria.
Por lo tanto en este marco creemos lógico y necesario que el lector
sea exigente a la hora de juzgar un ensayo crítico. Intentaremos
entonces esforzarnos en el fundamento de los puntos de divergencia,
así como en ser honestos a la hora de enumerar los baches en nuestro
conocimiento.
ALGUNOS DATOS BIOGRAFICOS
Claude LéviStrauss nació en Bruselas, Bélgica en 1908. Curso
sus estudios en la Sorbona. De 1934 a 1937 fue profesor de sociología
en la Universidad de Sao Paulo, Brasil. En 1941 y por algunos años,
profesó en la "New School for Social Research", de Nueva
York. De 1950 a 1959 fue director de estudios de la École Pratique
des Hautes Études", de París, y a partir de 1959 ocupó la cátedra
de antropología en el "Collége de France", sucediendo
a Marcel Mauss. Se lo considera el principal y más conocido representante
del estructuralismo y ha sido denominado "el padre" de
esta corriente, no por ser su creador, sino por ser el primero que
aplico el análisis estructural fuera de la lingüística. Siendo la
etnología(1) la ciencia a la que se dedicó.
Entre las influencias recibidas por Lévi-Strauss se destaca la
lingüística estructural de Ferdinand de Saussure y especialmente
de los lingüistas Roman Jakobson y N.S. Trubetzkoy.
Reconoce también como fuentes de sus investigaciones a Sigmund
Freud y Karl Marx. "El marxismo, el psicoanálisis y la geología
son mis tres grandes inspiradores", admite Lévi-Strauss.
Su pensamiento se opone al funcionalismo de la antropología norteamericana,
especialmente a los trabajos de B. Malinowski, y al existencialismo,
en particular al representado por J.P. Sartre. (2)
El estructuralismo fue ampliamente difundido en Europa, especialmente
en Francia dando nacimiento a una corriente de pensadores que se
agrupó (mas allá de sus diferencias) dentro del post-estructuralismo,
encontrándose en ellos una continuidad en los temas y su tratamiento;
entre ellos podemos nombrar a Michael Foucault, Roland Barthes,
Jacques Lacan, Louis Althusser, entre otros.
Luego llego hasta las costas latinoamericanas siendo muy bien aceptado
por la burocracia intelectual.
En Argentina fue al término de la dictadura militar que gozó de
una rápida difusión. Desde ese momento y hasta hoy en día se pueden
encontrar sus textos en casi la totalidad de las cátedras de Ciencias
Sociales de las universidades de Argentina.
Si bien actualmente el señor Lévi-Strauss se encuentra apartado
de los principales centros de producción intelectual, cada tanto
aparece publicadas sus opiniones ocupando páginas centrales de publicaciones
y suplementos culturales.
Lévi-Strauss se ha definido en sus comienzos como marxista, pero
por cierto esta definición ha tenido más de un matiz. En reportajes
y textos a menudo cita a Marx, pero la más de las veces descontextualizándolo,
otras distorsionando algunos de sus términos, argumentando que ese
es "su marxismo". Ha mantenido una actitud contraria ante
la militancia política, criticando muchas veces a los que sí la
han tenido, por el hecho de tenerla (por ejemplo a Sartre). En reportajes
más recientes manifiesta que el marxismo es una "amenaza totalitaria
incluso para el reino animal" definiéndose últimamente como
un "anarquista de derecha" (reportaje publicado en el
diario La Nación, 10-11-86).
Cabe preguntarse sin estamos ante un marxista que en el desarrollo
de su ciencia realizó descubrimientos que lo llevaron a renunciar
al materialismo dialéctico, o bien ante un hombre desencantado ante
los errores políticos del socialismo que abandona su antigua fe.
Creemos que en Lévi-Strauss no se da ni una cosa ni otra, como trataremos
de mostrar, su teoría jamás fue marxista, siendo sus últimas opiniones
un sinceramiento apoyado en gran medida por el ocaso del pensamiento
marxista en la intelectualidad francesa.
HISTORIA Y MITO
Lévi-Strauss sotiene que la historia es la repetición sucesiva
de una matriz universal inconciente. Dentro de esta matriz se encuentra,
"la prohibición del incesto", la cual según él, marca
el nacimiento de la cultura: "En verdad nos equivocaríamos
si concibiéramos lo que puede ser una organización social elemental
sin darle como base la prohibición del incesto (...). Sólo así se
puede situar el pasaje de la naturaleza a la cultura."
Dicha prohibición tiene para Lévi-Strauss dos consecuencias:
a) Los deseos sexuales reprimidos hallan su vía de expresión al
ser sublimados a través de la actividad cultural humana.
b) La aparición de mujeres prohibidas dentro de las gens obliga
a sus miembros a establecer contactos fuera de su grupo de origen
(exogamia).
Establecida entonces, dicha prohibición como determinante de la
cultura, cabe preguntarnos acerca de su historia. Al respecto, el
señor Lévi-Strauss nos sugiere no emprender tan infructuosa tarea,
ya que considera que los orígenes de las costumbres y reglas sociales
están perdidos y que debemos tomar a estas últimas como lo que son:
mitos, estructuras ya formadas, un sólido bloque sobre el que debemos
centrar nuestros estudios. Él fundamenta su postura en la idea de
que la historia previa de un mito nos conduce a otro, y luego a
otro más, en una sucesión interminable.
Esta concepción que legaliza al mito, es presentada por Lévi-Strauss
como un hallazgo epistemológico, que lo lleva a no admitir diferencias
entre el pensamiento mítico y el pensamiento científico, al que
considera el mito de la era moderna.
Ante tales afirmaciones nos preguntamos: ¿se puede establecer la
objetividad de una teoría y diferenciar ciencia de mito?, y ¿es
posible encontrar el desarrollo lógico-causal que explique un fenómeno?
Pues bien, la respuesta a estas cuestiones constituye uno de los
grandes aportes del materialismo dialéctico que a menudo es ignorado
por nuestros "modernos teóricos" y es, a saber: La práctica
social, como criterio de objetivadad.
Adolfo Sánchez Vázquez en "Filosofía de la Praxis" lo
explica claramente: "Si la praxis es fundamento del conocimiento,
es decir, si el hombre sólo conoce un mundo en tanto que es objeto
o producto de su actividad, y si, además, sólo lo conoce porque
actúa prácticamente, y gracias a su actividad real, transformadora,
ello significa que el problema de la verdad objetiva, o sea, de
si nuestro pensamiento concuerda con las cosas que preexisten a
él, no es un problema que pueda resolverse teóricamente, en una
mera confrontación teórica de nuestro concepto con el objeto o de
mi pensamiento con otros pensamientos. Es decir, la verdad de un
pensamiento no puede fundarse si no se sale de la esfera misma del
pensamiento. Para mostrar su verdad tiene que salir de sí mismo,
plasmarse, cobrar cuerpo en la realidad misma, bajo la forma de
actividad práctica. Sólo entonces, poniéndolo en relación con la
praxis en cuanto que ésta se halla impregnada por él, y el pensamiento,
a su vez, es, en la praxis, un pensamiento plasmado, realizado,
podemos hablar de su verdad o falsedad. Es en la práctica donde
se prueba y se demuestra la verdad, la "terrenalidad"
del pensamiento. Fuera de ella no es verdadero ni falso, pues la
verdad no existe en sí, en el puro reino del pensamiento, sino en
la práctica."
Luego de estas afirmaciones, es necesario ubicar cuál es el lugar
que ocupa el mito. Pues bien, un mito responde al intento de explicar
la naturaleza y la vida social a partir de la lógica del pensamiento
primitivo, que refleja el grado de desarrollo alcanzado por la sociedad
humana. Al respecto Marx señala: "La conciencia es, desde un
comienzo, un producto social; y lo seguirá siendo mientras haya
hombres. La conciencia empieza por serlo del contorno sensible inmediato
y de las limitadas relaciones con otras personas y cosas fuera del
individuo que las va adquiriendo. Es, a la par, sentimiento de la
naturaleza, que en un principio se sitúa frente al hombre como una
potencia completamente extraña, todopoderosa e incompresible, con
el cual se comporta aquél en forma puramente animal, sujetándose
pasivamente a ella como los brutos. Este sentimiento de dependencia
de un poder extraño y superior da origen a la religión de la naturaleza.
Tal religión de la naturaleza del hombre primitivo tiene su raíz
en la forma de sociedad bajo la cual vive."
Por consiguiente puede considerarse históricamente que a un bajo
nivel de desarrollo de las fuerzas productivas serán menores las
exigencias que se le planteen a la ciencia, siendo su desarrollo
más lento y débil, y con el surgimiento de las exigencias alcanzadas
en la sociedad moderna, es en estas condiciones socio-históricas
que el progreso científico se convierte en una necesidad.
Por lo tanto, en su olvido de la praxis social, Lévi-Strauss equipara
a las concepciones mítico-religiosas de las sociedades primitivas
con los avances científicos de las sociedades modernas, por ejemplo
en "El hechicero y su magia" llega a afirmar que, los
rituales de curación tribales poseen la misma efectividad que la
ciencia médica.
Por lo tanto, según él, podríamos decir que, sería innecesario
que la medicina llegue con sus conocimientos a las poblaciones indígenas
y cure de enfermedades completamente tratables hoy en día, pero
por las cuales mueren como moscas.
Aclaro que no se trata aquí de subestimar a las culturas indígenas,
todo lo contrario, creemos que no se las respeta cuando se niega
la necesidad de que incorporen los últimos adelantos científicos.
A través de un argumento falaz se termina en un clara complicidad
con el desinterés despreciativo de la burguesía. La reivindicación
estructuralista de las sociedades primitivas es sólo teórica y no
sobrepasa el carácter de una impostura, (dudamos que los señores
filósofos estructuralistas asistan por ejemplo a un médico brujo
para operarse de apendicitis); lejos está, entonces, de convertirse
en una alternativa de reivindicación material ante la marginación
y la explotación.
En consecuencia, con su teoría, Lévi-Strauss reduce el origen del
movimiento social a una primera "causa incausada": La
prohibición del incesto, y acto seguido cubre la fragilidad de su
explicación argumentando que se trata de un mito y que los mitos,
son tan válidos como la ciencia, y que quien se oponga a ésto, sólo
expresará la soberbia de la sociedad occidental. Pero si no nos
dejamos amedrentar por tan fiera acusación, podemos ver claramente
el gran ausente del análisis levistraussiano: La praxis social en
general y la praxis productiva en particular.
Como demostrara Engels en "La familia, la propiedad privada
y el Estado", las relaciones de parentesco no tienen sentido
al margen de las relaciones de propiedad y de los mecanismos de
herencia.
Por lo tanto la historia lejos de estar condicionada por una estructura
inconciente metafísica, (es decir ahistórica, incausada) nos muestra
que su eje se encuentra en la praxis social. "¿Qué es la sociedad,
cualquiera que sea su forma? El producto de la acción recíproca
de los hombres", dice Marx y agrega: "los hombres que
producen las relaciones sociales con arreglo de su producción material,
crean también las ideas, las categorías, es decir, las expresiones
ideales, abstractas de esas mismas relaciones".
Sobre este tema, Sánchez Vázquez agrega: "Ya desdesde sus
obras de juventud establece Marx la unidad indisoluble entre el
hombre y su historia; ni existe el hombre al margen de su historia,
es decir, de la historia de su propia praxis, ni existe la historia
como una potencia aparte o sujeto suprahumano. La historia sólo
existe como historia hecha por los hombres, y éstos sólo existen
produciendo una nueva realidad con su praxis productiva y produciéndose
a sí mismos en un proceso que no tiene fin; es decir, los hombres
transforman y se transforman a sí mismos, y esta historia de sus
transformaciones es propiamente su verdadera historia.
Así, pues, la afirmación de que el hombre es el sujeto de la historia
entraña la idea de un sujeto que sólo lo es en la historia y por
la historia, y entraña así mismo la idea de una historia que sólo
existe como una historia de su actividad. Esta unidad indisoluble
de historia y sujeto humano de ella nos impide abstraer uno de los
términos, ya que, en verdad, son una y la misma realidad."
Al dejar de lado la praxis productiva social, es decir el fundamento
económico, Lévi-Strauss comete el error de todos los filósofos idealistas,
que consiste en colocar dentro del "espíritu humano",
el origen del devenir social, es de esta manera que apela a la utilización
de las categorías de lenguaje e inconciente humanos, que analizaremos
en los próximos apartados.
LINGÜÍSTICA E INCONCIENTE:
La lingüística posee en la obra de Lévi-Strauss un lugar preponderante.
La define como "la única ciencia social que evolucionó al nivel
de las ciencias exactas", y propone a los psicólogos, sociólogos
y etnólogos, "aprender de la lingüística moderna la ruta que
conduce al conocimiento positivo de los hechos sociales".
Para construir su disciplina "la etnología" Lévi-Strauss
toma la Lingüística Estructural de Ferdinand de Saussure y el concepto
psicoanalítico de inconciente, de la teoría de Sigmund Freud.
Siguiendo al primer autor divide el acontecer social según dos
ejes, uno diacrónico y otro sincrónico.
Eje diacrónico: alude al encadenamiento
temporal de los hechos históricos. Según él esta sucesión es contingente,
razón por la cual su estudio no aportaría datos de interés.
Eje sincróncino: estudia las conexiones estructurales
en un momento determinado.
Este es el eje donde propone centrarse para encontrar una lógica
que explique lo social. Busca con su estudio fundamentar la existencia
humana, al descubrir las "razones inconcientes" que subyacen
a todas las conductas sociales. Es en este afán que no duda en "proclamar"
la existencia de un simbolismo inconciente universal.
En "Antropología estructural", nos dice: "Los sistemas
de parentesco, como los sistemas fonológicos, son elaborados por
el espíritu en el plano del pensamiento inconciente, la recurrencia,
en fin, en regiones del mundo alejadas unas de otras y en sociedades
profundamente diferentes, de formas de parentesco, reglas de matrimonio,
actitudes semejantes prescriptas entre ciertos tipos de parientes,
etc., permiten creer que, tanto en uno como en otro caso, los fenómenos
observables resultan del juego de leyes generales pero ocultas".
Nos preguntamos acerca del objetivo último de ubicar a las estructuras
lingüísticas y al inconciente como determinantes de lo humano, y
Lucien Sève en una lúcida crítica al estructuralismo nos da una
clara respuesta a nuestro interrogante:
"Partiendo de la contribución en verdad importante de la ciencia
lingüística al estudio de los hechos culturales, en un sentido restringido
del adjetivo, correspondiente a las actividades intelectuales y
a través de un pasaje subrepticio y constante al sentido amplio
en que, por oposición a natural, el término cultural pretende designar
a todo lo que es social, se hace decir a esta ciencia, muy a menudo
sin que ellas lo quieran, mucho más y algo muy distinto de lo que
ellas pueden expresar: Se las convierten en la disciplina piloto
para el conjunto de la ciencias humanas, y presentando una vieja
idea filosófica como la última palabra de la antropología moderna,
se considera al lenguaje como lo esencial de todo lo humano. Como
quien formula un axioma, dice Lévi-Strauss: El lenguaje es,
a un tiempo, hecho cultural por excelencia (que distingue al hombre
del animal), y aquel por cuyo intermedio se establecen y perpetúan
todas las formas de la vida social.
Sin embargo, ¿no es acaso evidente que, tomado en sí mismo y separado
del trabajo y las relaciones de producción, el leguaje no podría
en modo alguno explicar la vida social?
Esto es lo que señalaba Marx, en páginas que no basta ignorar para
haberlas superado: Se puede distinguir al hombre de los animales,
por la conciencia, la religión y todo lo que se quiera. Ellos mismos
comienzan a diferenciarse de las bestias en cuanto comienzan a producir
sus medios de existencia, no antes de lo que es precisamente la
consecuencia de su organización corporal. Al producir sus medios
de existencia, los hombres producen, de modo indirecto, su vida
propia material.
Además esta irrecusable primacía de la producción material en
la cual, por otra parte se funda en último análisis la de la clase
obrera adentro del proceso revolucionario no implica en absoluto
oponer el trabajo al lenguaje, sino vincular uno y otro,
así como su dinámica articulación recíproca, con el sistema de la
relaciones de producción, base general objetiva de toda la vida
social (...). La antropología estructural no tiene remedio: en beneficio
de una absolutización de la lingüística, omite el materialismo histórico
y plantea que, al tener como trama el lenguaje, las instituciones
sociales y conductas individuales serían únicamente modalidades
temporales de las leyes universales en las que consiste la actividad
inconciente del espíritu."
Finalmente L. Sève culmina su crítica sentenciando al estructuralismo
de Lévi-Strauss como un idealismo antropológico.
En resumen, podemos afirmar que Lévi-Strauss separa el devenir
social de la práxis social material, ubicando su esencia en el lenguaje
y el inconciente. Pero para ello también es necesario que separe
el lenguaje y la conciencia humana de dicha praxis material, detengámonos
en este punto.
LA PRAXIS SOCIAL
Para Lévi-Strauss el lenguaje ha surgido como un sistema completo:
"Cualquiera que haya sido el momento y circunstancia de su
aparición en la escala de la vida animal, el lenguaje ha tenido
que aparecer de una sola vez".
Esta concepción aisla al lenguaje de la praxis social, ocultando
de esta manera las causas que hicieron necesaria su aparición, representadas
por la complejización de las relaciones sociales. Es en ese proceso
que el hombre crea al lenguaje como una herramienta, una abstracción
del hablante que surge estrechamente ligada a dicha praxis.
La adquisición del lenguaje por el hombre, es el resultado del
desarrollo de sucesivas etapas, que le fueron posibilitando una
más compleja representación del mundo material. El lenguje se encuentra
ligado a la formación de la conciencia humana y de la comunicación.
Su esencia radica en que le permite salir de los límites de la impresión
inmediata de lo circundante, es decir, de la experiencia sensible,
y penetrar más profundamente en la esencia de las cosas, abstrayendo
características aisladas y captando las relaciones en las que esas
cosas se encuentran.
Esta característica es la que diferencia a la conciencia humana
del animal, ya que el hombre puede dominar nuevas y más complejas
formas de reflejo de la realidad, prescindiendo de la experiencia
sensible inmediata, a través de la experiencia abstracta racional,
sintetizada sociohistóricamente en el lenguaje.
Este pasaje de la experiencia ligada estrechamente a lo sensorial
(característica del animal) a la experiencia racional humana, es
uno de los problemas fundamentales de las ciencias sociales en general
y de la ciencia psicológica en particular.
En su intento de explicar dicho pasaje, Lévi-Strauss se enrola
bajo la tradición del kantismo. Para Kant, existían categorías a
posteriori, es decir las que se forman a partir de la experiencia
del hombre y categorías a priori, es decir que existen originariamente
en las profundidades del alma humana.
Esta posición pertenece al campo idealista de la filosofía, ya
que ubica a la conciencia, espíritu o mente, como primario, negando
que sea un producto de la materia; sosteniendo además que los fenómenos
tan sólo pueden ser descriptos y no explicados.
En conclusión, si bien Lévi-Strauss no niega las características
distintivas entre los fenómenos animales y humanos, no puede analizar
las causas que provocan este pasaje.
Hoy en día el estudio del origen del lenguaje ocupa un lugar central
en las investigaciones de diversas disciplinas científicas, como
por ejemplo: la Antropología, se ocupa de la estructura craneana
de los homínidos en relación al volumen cerebral y a la ubicación
que tendrían los órganos relacionados con el aparato fonador, en
la base del cráneo. La psicología, estudia la adquisición del lenguaje
en el niño (ontogénesis), analizando su impacto en el desarrollo
del pensamiento, que sumados a los estudios comparativos con la
conducta animal, le permite sacar conclusiones sobre el desarrollo
filogenético del lenguaje. La neuropsicología y la neurolingüística
estudian las funciones cognoscitivas superiores, en relación a las
estructuras del cerebro sano y enfermo. (Cabe señalar que nos encontramos
en la llamada "década del cerebro", debido a los enormes
aportes de esta disciplina).
Todas estas ciencias nos dan un bagaje de conocimientos sobre el
surgimiento del lenguaje, que tornan anacrónica la concepción levistrossiana.
Resumiendo, al dar una explicación mítica del surgimiento del lenguaje,
Lévi-Strauss lo aísla de su origen práctico, es decir de su relación
con la realidad objetiva.
Pero, no sólo el lenguaje, tiene en su teoría el carácter de dado,
también el concepto de inconciente recibe el mismo tratamiento.
Él, toma este término de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud,
que lo define como un grupo de contenidos psicológicos, que representan
a las pulsiones (empuje energético proveniente del organismo) y
que actúan con el desconocimiento de la conciencia.
Como ya citamos anteriormente el contenido inconciente, para Lévi-Strauss
está representado por la "prohibición del incesto" que
determina al mundo de lo social. El inconciente actúa entonces,
como una abstracción inherente al individuo, del cual se deriva
lo social.
Nuevamente Lévi-Strauss, se aleja de la praxis social y de la explicación
de los nexos lógico-causales que hicieron necesarios el surgimiento
del inconciente humano.
Las actuales investigaciones, corroboran el origen social del inconciente.
Este, es una cualidad peculiar del reflejo psíquico del mundo, que
cumple con la función de orientar al hombre en él; siendo una respuesta
adaptativa surgida a lo largo de la evolución filogenética. El inconciente,
en solidaridad con la conciencia, es una más de las funciones que
le permitieron economía y efectividad en su actividad, resolviendo
la contradicción entre, la necesidad de una regulación constante
de nuestras acciones, ante las exigencias del mundo, y la discontinuidad
del control atencional conciente de dicha regulación. En resumidas
cuentas nuestra realidad, tanto externa como interna, es demasiado
compleja para ser abarcada eficazmente tan sólo por la conciencia.
Por consiguiente Lévi-Strauss, de la mano del psicoanálisis se
introduce en el oscuro camino de las explicaciones mágicas, perdiendo
de vista las ventajas adaptativas de esta función.
EL NACIMIENTO DE LA CULTURA
Una de las ideas más difundidas de las teorías estructuralista
es la concepción sobre el surgimiento de la cultura.
En "Mirando a lo lejos" Lévi-Strauss expone su método
para rastrear el origen de la cultura. Señala que los hallazgos
paleontológicos y los registros históricos poco nos pueden informar
y sugiere: "Construir un modelo reducido a algunas propiedades
invariables, que un golpe de vista rápido nos haya permitido descubrir".
Como ya vimos, dicho descubrimiento de golpe de vista rápido radica
para él en el hecho de encontrar, en todas las sociedades humanas
una "ley" que prohibe el incesto.
"Toda la sociedad conocida antigua o actual, afirma que si
la relación entre cónyuges implica derechos sexuales recíprocos,
otros lazos de parentesco tornan las relaciones sexuales inmorales,
pasibles de sanciones legales, o simplemente inconcebibles. La prohibición
universal del incesto proclama que los individuos en relación de
padres e hijos o de hermanos y hermanas, no pueden tener relaciones
sexuales y menos aún casarse".
Y finalmente concluye: "La prohibición del incesto instituye
una dependencia mutua entre la familia biológica y la fuerza a engendrar
nuevas familias, solamente por las cuales el grupo social logrará
perpetuarse. (...)
Sólo así se puede situar el pasaje de la naturaleza a la cultura,
de la condición animal a la condición humana, únicamente por ello
se puede captar su articulación."
Cabe señalar que estas conclusiones no sólo constituyen un error
conceptual, sino también metodológico, ya que su método no sobrepasa
los límites de una abstracción generalizadora(*). Esta consiste
en tomar una masa de fenómenos singulares y señalar lo que tienen
en común, esa generalización es tan sólo externa, es un observable,
una descripción, y cuando pretende funcionar como la explicación
causal del fenómeno, se convierte en un apriorismo. La ley de prohibición
del incesto se autoenuncia infundamentadamente como el punto de
partida de la cultura, apareciendo desvinculada del movimiento real.
Perry Anderson señala al respecto: ¨La función invariable de los
tótemes o las estructuras de los mitos, la unidad de los epistemes
o la rigidez de las formaciones discursivas. Una vez construidas,
no dejan paso epistemológico a la diversidad de los mitos o enunciaciones
específicas, y todavía menos a la evolución de uno a otro. El resultado
es que en lugar de una auténtica explicación el análisis estructuralista
tiende constantemente hacia la clasificación".
En contraste a esta forma de análisis, Di Stéfano propone: "La
dialéctica materialista es la gran vinculadora, la gran asociadora
y, con más rigor la gran interpretadora de los conceptos y categorías,
reflejando así la forma real de la existencia objetiva, contra el
fijismo, contra la inmutabilidad, contra la separación y el aislamiento
de las categorías".
La teoría antropogenética del materialismo dialéctico (a diferencia
de Lévi-Strauss), se basa en los estudios científicos de diversas
disciplinas, a saber: Los hallazgos paleontropológicos (con los
modernos métodos de datación), estudios geológicos y climatológicos,
el desarrollo histórico de las sociedades y sus manufacturas, los
nuevos estudios del ADN, las teorías de la evolución del cerebro
a lo largo de la especie, así como también las teorías sobre el
comportamiento animal y la psicología humana.
Dichas disciplinas avalan hoy por hoy las hipótesis expresadas
por Engel en "El papel del trabajo en la transformación del
mono en hombre", donde se destaca al trabajo como un factor
fundamental en el desarrollo de la sociedad humana.
Por lo tanto el pensamiento por entero humano, nace no como el
producto de un "espíritu" metafísico, sino a partir de
las relaciones sociales.
Al respecto comenta el psicólogo Alexei N. Leontiev: "Aunque
la conciencia posee una larga prehistoria en la evolución del mundo
animal, surge por primera vez en el hombre durante el proceso de
establecimiento del trabajo y de las relaciones sociales, la conciencia,
desde sus inicios, es un producto social".
grafico5: Esquema representativo
de la concepción del estructuralismo
Continuando con Leontiev, Expondremos un párrafo donde claramente
define el origen de la conciencia humana: "Aunque la conciencia
humana se ha preparado en el curso de la evolución animal precedente
y el cerebro del hombre se ha podido formar solamente sobre la base
y como desarrollo anterior del cerebro de los animales superiores,
la aparición de la conciencia humana supone el paso a una forma
cualitativamente nueva de reflejar la realidad objetiva.
Para explicar las particularidades de esta nueva forma de reflejar
de la conciencia, es necesario estudiar aquellos cambios en las
condiciones y forma de vida que condujeron a la humanización de
los antecesores animales del hombre y dieron nacimiento a la conciencia
humana.
Estos cambios están relacionados con el paso de la vida de adaptación
al medio natural a la vida basada en el trabajo. El trabajo es un
proceso social para influir sobre la naturaleza con un fin determinado.
Con el trabajo los hombres cambian la naturaleza según sus necesidades,
pero al cambiar ésta se modifican también a sí mismos. El trabajo
es el factor primero y principal gracias al cual se formó el hombre
y apareció su conciencia.
(...) En el desarrollo del trabajo influyó grandemente el hecho
de que éste se realizara con ayuda de los instrumentos. Para incorporarse
al trabajo los hombres de cada nueva generación tienen que aprender
a utilizar los instrumentos que han creado las generaciones precedentes.
Para utilizar el escardador, por ejemplo, es necesario aprender
los métodos de escarda ya conocidos; para utilizar la sierra es
necesario aprender a serrar, etc. La producción de las herramientas,
cada vez más complicadas, de una generación a otra motivó una nueva
forma de transmisión de la experiencia, la enseñanza de los métodos
y costumbres de trabajo.
Mientras que en los animales la experiencia adquirida se transmite
únicamente con instintos, que son resultado de un lento proceso
de fijación hereditaria, en los hombres los métodos de trabajo elaborados
por la sociedad se comunican por medio de la enseñanza, o sea adquiriendo
experiencia personal. Es fácil comprender que esto acelera enormemente
el desarrollo histórico de las capacidades cognoscitivas y motoras
del hombre.
Consecuencia del trabajo y al mismo tiempo condición importantísima
para su desarrollo progresivo fueron los cambios en el tipo de relaciones
de los individuos. El trabajo, incluso en sus formas más simples,
es siempre una actividad conjunta y colectiva de las personas. Por
esto, al mismo tiempo que se desarrollaba el trabajo tenía lugar
la agrupación de personas que lo realizaba. Gracias a ésto, la asociación
natural en que vivían los antecesores del hombre empezó a reorganizarse
sobre otra base completamente nueva. Si antes la asociación en familia
y rebaño se basaba en los instintos innatos y tenía por objeto procurarse
los alimentos, desarrollar la prole y defenderse de las fieras,
después el trabajo fue la base de las relaciones entre la gente.
Se formó la sociedad humana basada en el trabajo. Esto condujo a
un cambio radical en las relaciones sociales entre la gente. La
necesidad de coordinar los esfuerzos de todos ellos a un fin común,
de repartir distintas funciones y de transmitir de unos a otros
las experiencias adquiridas, creó la necesidad del lenguaje, de
las relaciones por medio del idioma.
El desenvolvimiento del lenguaje, que apareció en el proceso del
trabajo, es la condición directa y más próxima para el desarrollo
de la conciencia humana."
Por cuestiones de espacio, no nos extenderemos en el desarrollo
de la concepción antropogenética, simplemente nuestro objetivo es
aportar algunas reflexiones, invitando al lector a la consulta de
los clásicos y de los nuevos aportes científicos, para profundizar
sobre el tema.
CONCLUSIONES
El ahistoricismo, la absolutización del lenguaje, el origen indeterminado
del inconciente, la visión idealista del nacimiento de la cultura,
el alejamiento de la praxis social y la subestimación de la ciencia,
convierten al pensamiento estructuralista en un mar de especulaciones
filosóficas. Cualquier visión que pretenda asimilarlo a la teoría
materialista dialéctica, caerá indefectiblemente en un eclecticismo,
ya que según hemos analizado son profundas e inconciliables las
diferencias entre ambas.
Actualmente la seducción del estructuralismo gobierna las almas
de muchos intelectuales de izquierda, que tras la caída del Muro,
analizan la realidad desde una visión pesimista, desilusionada de
la voluntad humana, escéptica, conformista, plagada de vacío existencial.
¿Qué otra actitud se esperaría de una teoría que concibe al hombre
gobernado por estructuras inconcientes, contra las que no puede
revelarse, que no sabemos cómo, ni qué las puso allí, pero cuyo
contenido nos invita a asumir la imposibilidad de imprimir en la
humanidad cambios que vayan más allá de la estructura?.
Dicha visión es expresada claramente por Lévi Strauss en un reportaje,
donde comenta en qué radica "su marxismo": "mi marxismo,
a diferencia del de Marx, es un marxismo pesimista. En la medida
que me dejo llevar por la especulación sobre el movimiento total
de la humanidad, lo veo actuar en sentido opuesto al del esquema
marxista. (...) En el presente asistimos al progresivo freno de
la humanidad a través de una serie de intermediarios, que son aquellos
descritos por el materialismo dialéctico; pienso que lo que está
sucediendo y sucederá cada vez más es la toma directa con la cual
la humanidad será regulada por los grandes determinismos de orden
biológico y demográfico. El porvenir de la humanidad será el de
la esclavitud cada vez mayor hacia la fatalidad de su naturaleza."
Cabe preguntarse, a qué "naturaleza" se refiere Lévi
Strauss, pues por cierto la fuerza esclavizadora del capital, poco
tiene de natural.
Una vez más cobra actualidad el pensamiento de Lenin: "El
idealismo expresa, en última instancia, las tendencias y la ideología
de las clases enemigas dentro de la sociedad contemporánea (...)
no es más que la forma afinada, refinada, del fideísmo, que persiste
armado con todas sus armas, dispone de muy vastas organizaciones
y, sacando provecho de los menores titubeos del pensamiento filosófico,
continúa incesantemente su acción sobre las masas."
Es lícito, luego del sinceramiento levistraussiano reflexionar:
¿Qué queda de los marxistas sin la voluntad de cambio, sin la convicción
leninista de sostener una poderosa herramienta teórica, capaz de
guiar las voluntades en la búsqueda de realidades más justas?; huella
por la que continuaron muchos otros, que no dudaron en dar su vida,
como un Che Guevara convencido de que no hay descanso posible hasta
arrancar de las manos de unos pocos la dignidad de muchos. Si la
llama que crece dentro de los revolucionarios, y que los guía en
su actividad práctica, transformadora, revolucionaria, se apagara,
sería quizá la máxima conquista a la que el capitalismo podría aspirar
luego de de la caída del Muro, afortunadamente, no se lo permitiremos.
Adolfo Sánchez Vázquez manifiesta al respecto: "La carencia
de sentido de la acción transformadora humana (...) se da de la
mano con las filosofías que en nuestros días niegan el progreso
histórico social y privan de sentido a la historia y, en consecuencia,
a la acción humana".
Lévi-Strauss decide hábilmente no atacar explícitamente los ideales
marxistas, pero sí criticar y hasta tergiversar uno de sus pilares,
a saber: el materialismo histórico. Dando ese paso la ecuación se
le simplifica, al negar la historia, niega el progreso, al negar
el progreso niega el cambio, y al negar el cambio niega la revolución.
BIBLIOGRAFIA
Anderson, Perry: - Tras las
huellas del materialismo histórico - Ed. Siglo XXI Editores.
Sánchez Vázquez, Adolfo: -
Filosofía de la praxis - Ed. Grijalbo.
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teoría de la personalidad - Ed. Amarrortu.
Marx, Karl:- La ideología
alemana - Ed. Pavlov, México.
- Carta de Marx a P. V. Annenkov - 28/12/1846. OO.CC.
Engels, Federico: - El papel
del trabajo en la transformación del mono en hombre - OO.CC. en
2 tomos. - Ed. Progreso.
- La familia, la propiedad privada y el Estado - OO.CC. en 2 tomos
- Ed. Progreso.
- Ludwng Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. Ed.
Progreso.
Lenin: - Materialismo y empiriocriticismo
- Ed. Fundamentos - Madrid, 1973.
Compilado de Autores: - Psicología
- Cap. III: Desarrollo de la psiquis. La conciencia humana - Ed.
Grijalbo.
Lévi-Strauss: - Antropología
estructural - Ed. EUDEBA - Bs. As., 1977.
- Introducción a la obra de Marcel Mauss en Sociología y Antropología
de Marcel M. Mauss - Ed. Tecnos, 1979
- Mirando a lo lejos - Ed. EMECE, Bs. As.
Caruso, Paolo: - Conversaciones
con Lévi-Strauss, Foucaut y Lacan - Ed. Anagrama.
Di Stéfano, Arturo O.: Siquismo
Humano. Origen y Estructura. - Ed. Cientec.
(1) Etnología: Ciencia que tiene por objeto de estudios a las
llamadas sociedades primitivas o salvajes.
2) Durante la postguerra francesa, se instaló un debate que
colocó al existencialismo y al estructuralismo en el centro de las
discuciones sobre la esencia del hombre en la sociedad y en la historia,
siendo el marxismo aparentemente dejado de lado. En el artículo
"La Sexta Tesis sobre Feuerbach y la Concepción Marxista del
Hombre", publicado en el presente número, se analiza en profundidad
dicho debate. Si se desea investigar sobre las razones socio-históricas
de esta confrontación de ideas, recomendamos la lectura de "Tras
las huellas del materialismo histórico" de Perry Anderson.
(*) Los conceptos de abstracción generalizadora y abstraccion
concreta se analizan con mayor profundidad en el artículo "La
VI tesis sobre Feuerbach y la concepcion marxista del hombre".
Publicado en el presente número
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