Dedicamos
este
número a quienes
cortando las rutas
abren el camino.
Editorial
Número 2
- Octubre de 1997
Nuevamente en la calle, este segundo número
es para nosotros todo un logro. Que la vida nos presenta a menudo
más dificultades de la que nuestra mente planifica es algo que cualquier
compañero con experiencia organizativa ya sabe. Podrán entonces
comprender las trabas que implica producir y difundir una publicación
independiente que pretende ir a contrapelo de la tendencia al pragmatismo
y la desideologización que afecta a la izquierda.
Continuamos intentando cumplir nuestro compromiso
de acercar a nuestros lectores un material que, sin rebajar el nivel
teórico, sea accesible y motive a la investigación personal.
Hoy más que nunca tiene vigencia el llamado
de Engels a tener siempre presente que el socialismo, desde que
se ha hecho ciencia, exige que se lo trate como tal, es decir, que
se lo estudie.
En este número incluimos un artículo introductorio
a la concepción del hombre marxista, en el cual los fundamentos
filosóficos del siglo pasado aparecen ligados a los descubrimientos
científicos actuales. En segundo lugar, nos dedicamos a confrontar
con la teoría antropológica de Lévi- Strauss. La elección de dicha
teoría obedece a varias razones, por un lado, porque en su momento
el autor se proclama seguidor de la doctrina de Marx, por otro,
su teoría sirvió de fundamento al estructuralismo francés y a sus
seguidores posmodernos actuales, por último, porque la burocracia
intelectual argentina, desde la reinstalación de la democracia burguesa,
ha erigido a Lévi- Strauss en el sagrado altar de la lectura obligatoria
de cuanta cátedra apareciera rozando el tema antropológico.
Lamentamos no poder cumplir con la entrega semestral
ni con el prometido trabajo sobre el constructivismo ruso.
El tema central de este número será pues el
rol de la praxis social en la formación de la conciencia, así como
la posibilidad de ésta para conocer las leyes del desarrollo social
y crear colectivamente la sociedad socialista y el hombre nuevo.
Esperamos que el presente número sirva para
darle a la acción política la necesaria profundidad histórica y
filosófica. Sin ésta, creemos que la izquierda seguirá sin encontrar
el rumbo.
A quienes ven un esfuerzo inútil en la dedicación
meticulosa sobre los problemas teóricos más generales y abstractos,
le recordamos la validez de la ley de Engels: "Aquellos que
vituperan más a la filosofía son precisamente esclavos de los peores
restos vulgarizados, de las peores doctrinas filosóficas".
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